viernes, 16 de septiembre de 2016

21 DE SEPTIEMBRE, SAN MATEO APÓSTOL Y EVANGELISTA


San Mateo

San Mateo

Apóstol y Evangelista

Mateo significa: "regalo de Dios".

San Mateo es llamado por dos Evangelistas: Levi, ambos nombres son de origen Judíos. El último lo obtuvo antes de su conversión, el otro lo tomo después, para mostrar la renuncia a su profesión y que era un hombre nuevo. Hijo de Alfeo, vivió en Cafarnaun, en el lago de Galilea.

Fue por profesión un publicano, o colector de impuestos para los Romanos. Entre los Judíos, estos publicanos fueron mas infames y odiosos porque esta nación los miraba como enemigos de su privilegio de libertad natural que Dios les había dado, y como personas manchadas por su conversación frecuente y asociación con los paganos, y la esclavización sobre sus compatriotas. Los Judíos los aborrecían universalmente, veían sus propiedades o dinero como fortunas de ladrones , les prohibieron su comunión y participación en su actividades religiosas, al igual que de todos eventos de la sociedad cívica y de comercio. Tertuliano esta ciertamente equivocado cuando afirma que solo los gentiles fueron empleados en este oficio sórdido como San Jerónimo demuestra en varios pasajes de los evangelios. Y es cierto que San Mateo fue Judío, aunque un publicano.

Su oficio dice haber consistido particularmente en acumular costumbres de comodidades que vinieron por el Genesareth o Tiberias, y un peaje que los pasajeros pagaban al venir por agua; San Marco dice que San Mateo mantuvo su oficio de cobro de peaje alado del lago, donde el se sentaba. Jesús, habiendo últimamente curado un paralítico famoso, salio de Cafarnaúm, y camino sobre los bancos del lago o mar de Genesareth, enseñando las personas que le seguían. Aquí el observó a Mateo que realizaba su trabajo de cobro de peaje a quien el llamo a venir y a seguirle. El hombre era rico, disfrutaba de un sueldo lucrativo, era un hombre sabio y prudente, y entendía perfectamente lo que seguir a Jesús le costaría. Pero el no tuvo miramientos y dejo todos sus intereses y relaciones para hacerse un discipular del Señor. No sabemos si el ya estaba relacionado con la persona o doctrina de nuestro Salvador, especialmente como estaba cerca de Cafarnaúm, y su casa parece haber sido en la ciudad, donde Cristo había vivido por algún tiempo, había predicado y hechos muchos milagros, por lo cual el estaba en algún medido preparando a recibir la impresión que el llamado de Jesús había hecho sobre el.

San Jerónimo dice que un cierto aire de majestad brillaron en la continencia de Nuestro Divino Redentor, y traspaso su alma y lo atrajo fuertemente. Este apóstol, a la primera invitación, rompió todas ataduras; dejo sus riquezas, su familia, su preocupaciones del mundo, sus placeres, y su profesión. Su conversión fue sincera y perfecta. San Mateo nunca regreso a su oficio porque era una profesión peligrosa, y una ocasión de avaricia, opresión, y extorsión. San Mateo, al convertirse, para mostrar que no estaba descontento con su cambio, pero que lo miraba como su mas gran felicidad, entretuvo a Nuestro Señor y sus discípulos en una gran comida en su casa a donde invito sus amigos, especialmente los de su ultima profesión, como si esperaba que por medio de la divina conversación de Nuestro Salvador, ellos también quizás sean convertidos.

Después de la ascensión de Nuestro Señor, San Mateo predicó por varios años en Judea y en los países cercanos hasta la dispersión de los apóstoles. Un poco antes de la dispersión escribió su evangelio, o pequeña historia de Nuestro Bendito Redentor. Que la compilo antes de su dispersión aparece no solo porque fue escrito antes de los otros evangelios, sino también el Apóstol Bartolomé se llevo una copia con el a la India, y la dejo allí. San Mateo escribo su evangelio para satisfacer los conversos de Palestina. El Evangelio de San Mateo desciende a un detalle mas particular y completo en las acciones de Cristo que los otros tres, pero desde el Capitulo V al XIV el frecuentemente se distingue de los otros en la serie de su narrativos, ignorando el orden del tiempo, para que esas instrucciones que tienen mas afinidad una con la otra, estén relacionadas juntas. Este evangelista mas bien enfoca sobre las lecciones de moralidad de Nuestro Salvador, y describe su temporal o generación humana, en que las promesas hechas a Abraham y David respecto al nacimiento del Mesías de su semilla fueron realizados; tal argumento inducía de manera particular a los Judíos para que creyeran en el.

San Mateo, después de haber hecho una gran cosecha de almas en Judea, fue a predicar la fe a las naciones barbaras e incivilizadas del Este. El era una persona muy devota a la contemplación celestial y llevaba una vida austera, usando una dieta muy rigurosa; pues no comía carne en vez satisfacía su apetito con hierbas, raíces, semillas. San Ambrosio dice que Dios le abrió el País de los Persas. Rufinus y Sócrates nos dicen que el llevo el evangelio a Etiopía, significando probablemente las partes Sur y Este de Asia. San Paulino menciona que el terminó su curso en Parthia. Venantus Fortunatus relata que el sufrió el martirio en Nudubaz, una ciudad en esas partes. Dorotheus dice que el fue honorablemente enterrado en Hierapolis en Porthia. Sus reliquias fueron traídas al Oeste, Papa Gregorio VII, en una carta al Obispo de Salerno en 1080, testifica que fueron guardados en una iglesia que tenia el nombre de la ciudad. Todavía están en este lugar.

Predicó entre los judíos por 15 años, incluyendo posiblemente a los judíos de Etiopía, Africa. Murió mártir.

http://www.corazones.org/santos/mateo.htm





EVANGELIO

Sígueme. Él se levantó y lo siguió 

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 9, 9-13 

En aquel tiempo: 

Jesús, al pasar, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: «Sígueme». Él se levantó y lo siguió. 

Mientras Jesús estaba comiendo en la casa, acudieron muchos publicanos y pecadores, y se sentaron a comer con Él y sus discípulos. Al ver esto, los fariseos dijeron a los discípulos: «¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?» 

Jesús, que había oído, respondió: «No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Vayan y aprendan qué significa: "Yo quiero misericordia y no sacrificios". Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores». 

Palabra del Señor. 

Reflexión:

Ef. 4, 1-7. 11-13. La iglesia es el gran proyecto que Dios tiene en su mente, antes, incluso de la creación del mundo: que todos lleguemos hacer uno en Cristo. La Iglesia no es una mera comunidad de fe, que peregrina por este mundo, pues en las comunidades se dan muchas tensiones, que han roto la unidad. La Iglesia va más allá de esas comunidades. La Iglesia es la Esposa de Cristo, que se hace una con Él y que se convierte en signo verdadero de su presencia, llena de humildad, de mansedumbre, de paciencia y capaz de soportar a todos por amor. Ninguno puede llenarse de orgullo y pensar que ha agotado en sí mismo la presencia de Cristo. Nuestro Dios y Padre a cada uno de nosotros nos ha concedido la gracia a la medida de los dones de Cristo. Y conservando la unidad en un solo Espíritu, todos, transformados en Cristo, debemos ponernos al servicio de la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios. Mientras haya divisiones entre nosotros y nos mordamos unos a otros, tal vez podamos decir que nuestra vida cristiana se desenvuelve en una comunidad de creyentes en Cristo, pero difícilmente podríamos decir que somos Iglesia en Cristo.

Sal. 19 (18). Todo se hizo por aquel que es la Palabra externa del Padre, y sin Él no se hizo nada. Así, todo lo creado es una expresión de Dios entre nosotros. Sin que las cosas pronuncien palabra alguna, a su modo nos hablan de Aquel que las ha creado. La persona humana, en sí, debería ser el mejor de los lenguajes de Dios entre nosotros, pues el Señor nos creó a su imagen y semejanza. Llegada la plenitud de los tiempos, Dios nos envió a su propio Hijo, el cual mediante sus palabras, sus obras, sus actitudes y su vida misma es para nosotros la suprema revelación del Padre. Y del costado abierto de Jesús, dormido en la cruz, nació la iglesia. Mediante Ella resuena por toda la tierra la Palabra en nos hace conocer a Dios y experimentar su amor, hasta el último rincón de la tierra. Que Dios nos conceda ser un signo verdadero y creíble de su presencia salvadora en el mundo.

Mt. 9, 9-13. ¿Quién de nosotros puede decir que no tiene pecado? Y a pesar de nuestras esclavitudes a él, a pesar de las grandes injusticias que hayamos cometido en contra de nuestro prójimo, y de las grandes traiciones a Cristo y a su Iglesia, Él vuelve a pasar junto a nosotros y nos llama para que vayamos tras sus huellas. El poder de su Palabra es un poder salvador, que nos llama a la vida, que nos libra de nuestras tinieblas de maldad y que nos saca a luz, para qué seamos criaturas nuevas en Cristo. Pero no basta haber recibido los dones de Dios. Los que vivimos en comunión de vida con Cristo debemos hacer nuestros los mismos sentimientos del corazón misericordioso del Señor, y trabajar para que el Proyecto de Dios sobre la Iglesia, nuevo Pueblo de Dios, unido por el amor y por un mismo Espíritu, se haga realidad, ya desde ahora, entre nosotros. Una iglesia que se encierra para recibir en su seno sólo a los puros y cierra la puerta a los pecadores no puede, en verdad, llamarse Iglesia de Cristo. Jesús ama a los pecadores, no porque quiera que continuemos pecando, sino porque quiere sanar nuestras heridas para que, arrepentidos, renovados en Cristo, convertidos en Él en hijos de Dios, sea nuestro el Reino de los cielos. Como auténtica iglesia de Cristo ¿este camino y ejemplo del Señor es el que impulsa nuestra labor evangelizadora?

El Señor, pasando junto a nosotros nos ha dicho: Sígueme. Y nosotros, convocados por É, estamos en su presencia para dejarnos, no sólo instruir, sino transformar por su Palabra poderosa, que nos perdona, nos santifica y nos va configurando día a día, hasta que lleguemos a ser hombres perfectos, y alcancemos nuestra plenitud en Cristo Jesús. Y Él nos sienta a su mesa, a nosotros, pecadores amados por Él; amados hasta el extremo de tal forma que se entregó por nosotros, para santificarnos, pues nos quiere totalmente renovados para poder presentarnos justos y santos ante su Padre Dios. Dejémonos amar por el Señor, y permitámosle llevar a cabo en nosotros su obra salvadora.

Amados por Dios y reconciliados con Él en Cristo Jesús, seamos la Iglesia de Cristo, que continúa en el mundo y su historia la encarnación del Hijo de Dios. Sigamos trabajando constantemente por la justicia, por el amor fraterno y por la paz. No seamos ocasión de división ni de luchas fratricidas entre nosotros. A pesar de que contemplemos grandes miserias y pecados en nuestro prójimo, jamás lo rechacemos; antes al contrario, acerquémonos y convivamos con él no para irnos con él tras las huellas de la maldad y del pecado, sino para ganarlo para Cristo con actitudes de amor, de alegría, de bondad, de justicia y de paz; pues así como nosotros hemos sido amados por Cristo, así debemos amarnos entre nosotros; y así como Él sale al encuentro de nosotros, pecadores, para salvarnos, así salgamos al encuentro de los pecadores para ayudarles a volver a la casa de nuestro Dios y Padre, lleno de bondad y de misericordia para con todos.

Que Dios nos conceda, por intercesión de la Santísima Virgen María, nuestra Madre, la gracia de saber aceptar en nosotros el perdón de nuestros pecados, y la Vida y el Espíritu que proceden de Él, de tal forma que, juntos, podamos formar, en Cristo, su verdadera Iglesia, que haga que el Rostro de su Señor continúe brillando, con todo su amor y su misericordia, en medio de nosotros hasta llegar algún día, a nuestra plenitud en Cristo, participando, de la Gloria que como a Hijo, le corresponde y que nos ha prometido como herencia nuestra. Amén.

Homiliacatolica.com

Comentario: Rev. D. Joan Pujol i Balcells (La Seu d'Urgell, España)

«No he venido a llamar a justos, sino a pecadores»

Hoy celebramos la fiesta del apóstol y evangelista san Mateo. Él mismo nos cuenta en su Evangelio su conversión. Estaba sentado en el lugar donde recaudaban los impuestos y Jesús le invitó a seguirlo. Mateo —dice el Evangelio— «se levantó y le siguió» (Mt 9,9). Con Mateo llega al grupo de los Doce un hombre totalmente diferente de los otros apóstoles, tanto por su formación como por su posición social y riqueza. Su padre le había hecho estudiar economía para poder fijar el precio del trigo y del vino, de los peces que le traerían Pedro y Andrés y los hijos de Zebedeo y el de las perlas preciosas de que habla el Evangelio.

Su oficio, el de recaudador de impuestos, estaba mal visto. Quienes lo ejercían eran considerados publicanos y pecadores. Estaba al servicio del rey Herodes, señor de Galilea, un rey odiado por su pueblo y que el Nuevo Testamento nos lo presenta como un adúltero, el asesino de Juan Bautista y el que escarneció a Jesús el Viernes Santo. ¿Qué pensaría Mateo cuando iba a rendir cuentas al rey Herodes? La conversión de Mateo debía suponer una verdadera liberación, como lo demuestra el banquete al que invitó a los publicanos y pecadores. Fue su manera de demostrar el agradecimiento al Maestro por haber podido salir de una situación miserable y encontrar la verdadera felicidad. San Beda el Venerable, comentando la conversión de Mateo, escribe: «La conversión de un cobrador de impuestos da ejemplo de penitencia y de indulgencia a otros cobradores de impuestos y pecadores (...). En el primer instante de su conversión, atrae hacia Él, que es tanto como decir hacia la salvación, a todo un grupo de pecadores».

En su conversión se hace presente la misericordia de Dios como lo manifiestan las palabras de Jesús ante la crítica de los fariseos: «Misericordia quiero, que no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores» (Mt 9,13).
http://www.mercaba.org/FIESTAS/09-21_san_mateo.htm


EVANGELIO DE SAN MATEO

Mat 1:1 Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham.
Mat 1:2 Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, y Jacob a Judá y a sus hermanos.
Mat 1:3 Judá engendró de Tamar a Fares y a Zara, Fares a Esrom, y Esrom a Aram.
Mat 1:4 Aram engendró a Aminadab, Aminadab a Naasón, y Naasón a Salmón.
Mat 1:5 Salmón engendró de Rahab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, y Obed a Isa.
Mat 1:6 Isaí engendró al rey David, y el rey David engendró a Salomón de la que fue mujer de Urías.
Mat 1:7 Salomón engendró a Roboam, Roboam a Abías, y Abías a Asa.
Mat 1:8 Asa engendró a Josafat, Josafat a Joram, y Joram a Uzías.
Mat 1:9 Uzías engendró a Jotam, Jotam a Acaz, y Acaz a Ezequías.
Mat 1:10 Ezequías engendró a Manasés, Manasés a Amón, y Amón a Josías.
Mat 1:11 Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, en el tiempo de la deportación a Babilonia.
Mat 1:12 Después de la deportación a Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, y Salatiel a Zorobabel.
Mat 1:13 Zorobabel engendró a Abiud, Abiud a Eliaquim, y Eliaquim a Azor.
Mat 1:14 Azor engendró a Sadoc, Sadoc a Aquim, y Aquim a Eliud.
Mat 1:15 Eliud engendró a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob;
Mat 1:16 y Jacob engendró a José, marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo.
Mat 1:17 De manera que todas las generaciones desde Abraham hasta David son catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce.
Mat 1:18 El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo.
Mat 1:19 José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente.
Mat 1:20 Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es.
Mat 1:21 Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.
Mat 1:22 Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo:
Mat 1:23 He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo,
Y llamarás su nombre Emanuel,
que traducido es: Dios con nosotros.
Mat 1:24 Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer.
Mat 1:25 Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS.

http://www.bibliaenlinea.org/mateo



BIBLIOGRAFÍA






OBRAS DE SAN JUAN CRISÓSTOMO. 
I: HOMILÍAS SOBRE EL EVANGELIO DE SAN MATEO (1-45)


Autor: CRISÓSTOMO, JUAN
Colección: BAC NORMAL
Materia:
Tema: Teología
Número de páginas: 888
Editorial: BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIAN
Año edición: 2007
Formato: 130 x 200
ISBN: 9788479148744



SINOPSIS
Como obra de elocuencia cristiana, las “Homilías sobre el Evangelio de San Mateo” son un monumento único y ejemplar en el que la voz de San Juan Crisóstomo tiene la resonancia eterna del evangelio que comenta. De ellas, cualquier alabanza resulta corta. Santo Tomás de Aquino las estimaba más que ser dueño de la ciudad de París; el célebre maurino Bernardo de Monfauçon se refería a ellas como la obra de más rico contenido moral de todo el orbe cristiano, y un patrólogo tan eminente como Altaner rinde homenaje a la exactitud exegética que en ellas campea, superior a la del mismo San Agustín.


FILMOGRAFÍA










 ORACION

Dios que por la boca de tu bendito Hijo
llamaste a San Mateo, 
del banco de los tributos,
para que de publicano se convirtiese
 en Apóstol y Evangelista;
danos gracia para renunciar 
a toda avaricia,
y desordenado deseo de riquezas,
y para seguir al mismo Jesucristo tu Hijo,
que en unidad del Espíritu Santo,
vive y reina contigo eternamente.
Amén.